El Espacio
Un paseo entre nebulosas y galaxias y la exposición 3D interactiva de la historia de la conquista espacial, dedicado a Laika y a los demás astronautas de 4 patas.
"Cuanto más tiempo pasa, más lamento lo ocurrido. Lo que aprendimos de aquella misión no era suficiente para justificar la muerte de la perra". Así lamentaba 30 años después Oleg Gazenko, uno de los científicos del programa espacial soviético, la decisión de haber enviado al espacio a Laika, la perra que se convirtió en la primera astronauta de la Tierra y pagó con su vida aquel honor no deseado. Laika sólo tenía dos años y antes de ser escogida para el programa espacial no había conocido otra cosa que el frío de las calles de Moscú. Antes del lanzamiento, Yazdovsky quiso darle un poco de felicidad y se la llevó a casa para que jugara con sus hijos: "Quería hacer algo bueno por ella, ya que le quedaba muy poco tiempo de vida".
No fue hasta 2002 cuando se supo que Laika había muerto a las pocas horas de despegar debido a un sobrecalentamiento. Su cuerpo fué recuperado carbonizado como muestran imágenes descatalogadas hace pocos años.
Curiosamente, la famosa perra no recibió su propio monumento en la capital rusa hasta 2008. El pequeño monumento que ahora se erige cerca de una estación de investigación militar tiene la forma de un cohete abstracto que se transforma en una mano, acunando a Laika hacia las estrellas. Ojalá su destino hubiera sido tan dulce.
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